miércoles, 10 de julio de 2013

Diez de Julio de dos mil trece.


¿Desigualdad?

A veces dudé de las coincidencias espacio-temporales y deja-vu que supuestamente atraviesan tu cabeza en momentos de inspiración, pero hace un par de años escribí un cuento, por el que recibí un premio, y vaya que en estos dos años el cuento ha tomado vida, he visto pasar en cámara lenta cada memoria en él detallada y a través de él mi vida se ha transformado. Claro que ahora no miro a Buenos Aires ajena a mi realidad (en tres años ya no sé cuan extraño puedo parecerle  a esta ciudad que a diario recibe millones de gente), mis gustos no han cambiado mucho que digamos: sigo llegando tarde a una que otra clase y hay algo que creo que nunca dejará de ser ajeno a mi, mi lealtad hacia la Abeja Maya. 

Sigo aquí: estudiando cine, con más experiencia, más cosas que contar; y lo más importante con más confianza para hacerlo. 

Citando a Oscar Wilde, dejo por sentado mi deseo ferviente de retomar este blog. 

“No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario